Una vez levantado el muro, se cubrió su parte superior con una lámina de polietileno, para impermeabilizar dicha zona. La lámina cubría la parte superior del muro y se anclaba a éste en su cara exterior y a la parte superior mediante grapas.
La lámina de polietileno de la parte superior de los muros fue recubierta con ramas de brezo unidas entre sí mediante alambre y ancladas al muro mediante grapas. La función de esta capa de brezo es la de proporcionar una superficie rugosa para la posterior adherencia del revoco.
Una vez rematados los muros, éstos se coronaron con el zuncho perimetral, el cual proporciona monolitismo a la construcción, haciendo que todos los muros funcionen como una unidad estructural.
El zuncho perimetral estaba formado por cuatro vigas a las que se le hacían rebajes en las partes coincidentes para que encajasen entre sí y posteriormente se unían con un tornillo. Éste sobresale por la parte anterior y posterior de la construcción para crear un voladizo en ambos lados.
La compresión de los muros es fundamental para dar mayor rigidez y estabilidad a la construcción. Ésta se ha realizado de manera tradicional, es decir, mediante tensores y por efecto del tiempo y el peso de la cubierta. Los tensores rodean el muro por encima del zuncho perimetral y, en la parte de abajo, entre los palés de la cimentación.
El tiempo de compresión es de un mes hasta que se pueda comenzar a revocar, ya que en caso contrario el revoco podría agrietarse.
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