El fin de semana del 19-21 de junio la Asociación BioConstruyendo organizó el II Encuentro de la RMB. Recogemos la crónica de algunos de los miembros, junto con una selección de fotos de las que hizo Ceci. El resto de las fotos las podéis en: https://picasaweb.google.com/100910511997877595753/BioconstruccionEnSierraEspuna
o en el Facebook de la asociación http://www.facebook.com/bioconstruyendo, con comentarios al pie
Alfonso:
De espectativas, trabajo y corazón: El encuentro de la Red de Permacultura del Sureste, el final del campamento, el 19 J, las comuniones, bautizos y bodas,... todo auspiciaba un encuentro escaso y deslucido. Las espectativas tan altas de semanas antes se nos desvanecían, el problema de las proyecciones a futuro...
Preparando el Encuentro en el terreno y en la ciudad había una mezcla de esfuerzo ilusionado e incertidumbre. La Asociación BioConstruyendo crecía como grupo con cada día de convivencia y trabajo, nos dábamos cuenta de lo difícil que es organizar un evento así, de la entrega que precisa.
Amaya |
Fran |
La convivencia de preparación fue deliciosamente enriquecedora: compartir espacio y vida con quien practica la autosuficiencia y la permacultura en grado tan alto; ver amaneceres, puestas de sol y el eclipse lunar sin una sola luz artificial; hablarnos a los ojos, cuidarnos, y transmutar mente (pasado y futuro) en presencia y silencio. Nuestros miedos desaparecían cada vez que hablábamos con Amaya y con Fran, nuestros anfitriones: tienen la confianza de quien ha resuelto por sí mismo infinidad de contratiempos.
Y llegó el viernes tarde. Aún con cosas por terminar de montar llegaron los primeros amigos que, por arte del lugar, conectaron con el fluir y encajaron en los últimos preparativos, haciéndolos suyos. Con algo de retraso empezamos el círculo de bienvenida. De nuevo la mente se desconectaba y llegaban los mensajes puros del corazón: ya todo tenía sentido.
Las charlas en el domo (José Antonio) |
El Encuentro fue familiar, con unas 25 a 30 personas, y así fue perfecto. Aprendimos todxs de todxs, toleramos los fallos del generador, el calor casi insoportable del domo y disfrutamos de embarrarnos y escucharnos.
Cubierta vegetal autoconstruida (dinamizado por Jordi) |
Flora, documentando. |
Hubo personas que subieron el nivel de cohesión del grupo a nivel transversal: Amaya cuidó de nuestros estómagos organizando las comidas y las necesidades, Flora nos colmó de cuidados con sus masajes y sus sonrisas y Carol nos hizo flotar con su yoga adaptado. Todos por igual fuimos cuidadores y cuidados, aprendices y maestros, capataces y peones.
Mónica:
Los Zarzos: "Y alli nos enzarzamos Fran, el capitán y su tripulación, 5 empedernidos secuaces, que con cuchillo y cuerda en mano, preparamos lo que en un futuro serían las cubiertas de las duchas.
Iván, limpiado cañas |
La primera fase fue la de limpiar cañas y agruparlas para luego ir colocándolas en sus bastidores. Asi que, entre charlas y limonadas, la mañana fue pasando y conseguimos acumular suficiente cantidad de cañas como para rellenar 3 bastidores.
Luego llegó la fase de montaje y bajo un almendro, como un grupo de piragüistas, nos colocamos en nuestras posiciones y a la orden del capitán ´¡Caña!´, todos al unísono empezabamos a anudar y enlazar unas cañas con otras, una detrás de otra y a la par.
No era importante quien hiciera mejor el nudo o quien lo hacía con más fuerza, sino que el resultado fuera fruto del trabajo en grupo y bajo un único lema: llenar de amor y entusiasmo cada zarzo, una estupenda estructura tradicional sobre la que descansará una cubierta verde "
Rocío:
Fluir: Fueron tres días de convivencia para el disfrute de un trabajo realizado que ya quedaba atrás. Tocaba relajarse, compartir, sentir la vivencia, sentir el "ahora" entrando por cada uno de los poros de nuestra piel, mezclada con barro y jugo de chumbera... Concentrados en sentir la tierra en su estado moldeable, charlando mientras se anudaban cañas, saboreando la luz de las estrellas, bailando al caer la noche... Desaparecieron roles, egos, todos sentimos el poder grupal, de alguna manera familiar y el tiempo fluyó adaptándose a sus necesidades.
Fluyeron las charlas de la mañana del sábado, con y sin generador, recordándonos que dejáramos estar los cables y aparatos eléctricos para transmitir lo que queríamos mirándonos a los ojos y no a la imagen distorsionada de un proyector. Fluyeron también los talleres de la tarde, entre risas, aprendiendo entre todos.
El Encuentro fue como tenía que ser, y así estamos, con ganas de seguir compartiendo vivencias como éstas.
Con el cariño que nos une...
BioConstruyendo